Muchos piensan que tener una vida lujosa aleja a los famosos de los problemas comunes, pero al parecer no es como solemos pensar. Y es que no siempre están tan cómodos como parecen en esas grandes mansiones, pues al no estar rodeado de personas les cuesta acostumbrarse o simplemente tienen miedo.
Un ejemplo de esto es Adele, quien tras su divorcio había estado buscando un lugar para vivir y aunque ya lo encontró le dio algo de miedo.
La cantante decidió comprar una mansión de 10 hectáreas ubicada en Sussex, pero tras una noche ahí decidió que no dormiría sola de nuevo según The Sun. Al parecer escuchó voces dentro del lugar, que a pesar de costar más de 9 millones de dólares, no está protegido en contra de animales.
Es por eso que decidió contratar un guardaespaldas, un exchofer de 30 años de edad al que le pagaría más de 130 mil dólares al año solo por estar ahí.
Aunque ahora es una mansión, esta es la antigua ubicación de un convento que tiene también una capilla privada y es que según su amigo ella estaba muy feliz de obtener el lugar pero ahora no tanto. “Está convencida de que está encantada. Ella conoce su historia religiosa, y es un gran lugar para estar solo en la oscuridad de la noche”, dijo su amigo a The Sun.
Cabe destacar que en los últimos tiempos el equipo de seguridad de Adele ha crecido, pues según este medio en febrero la ganadora de seis Grammy contrató dos miembros para su seguridad.
Estos últimos se encargarán de cuidar la puerta de la mansión y sus alrededores, sabe que es mucho espacio abierto y tener vigilancia no está demás. En ocasiones los fans son un poco locos con su fanatismo, si no nos creen vean a la hija de Will Smith que tuvo que pedir una orden de restricción en contra de un acosador.
Esperemos que a ella no le pase, que pueda encontrar toda la tranquilidad que desea dentro de su nueva mansión y que si en verdad hay espíritus, logren descansar en paz para que Adele pueda dormir muy bien.