El 9 de diciembre es un día relevante para Santa Ana de Coro y su Puerto Real de La Vela: este año celebran 25 años de la declaración de Patrimonio Cultural de la Humanidad otorgada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Esta declaración es un reconocimiento al centro histórico preservado que combina los estilos holandés y español logrados con técnicos originarios de los indígenas.
La declaratoria se efectuó en Cartagena de Indias, Colombia, y se hizo según los criterios IV y V de la convención que rige el Patrimonio Mundial, que establecen que el bien declarado ofrece un ejemplo eminente de un tipo de construcción o de un conjunto arquitectural que ilustra un período histórico significativo y un ejemplo eminente de lugar tradicional de habitación humana, representativo de una cultura y vulnerable ante el efecto de mutaciones irreversibles.
Así, Coro, como se le conoce a la capital falconiana, y su Puerto Real de La Vela son la muestra de la originalidad del pasado en el presente; un centro histórico que se mantiene vivo, que atrae la atención de propios y visitantes, y que hoy son evidencia de la dinamización y puesta en valor del centro histórico.
Sus calles empedradas, y construcciones religiosas y civiles despiertan la curiosidad de conocer cada hito en el estado Falcón y en Venezuela.
En la esquina de la calle Colón en Coro está ubicada la conocida Casa del Tesoro: una edificación que perteneció a don Mariano de Talavera y Garcés, quien, según se comenta, escondió su fortuna antes de morir sin decir dónde.
Además al hablar del centro histórico es imposible olvidar uno de sus íconos: La Casa de las Ventanas de Hierro, llamada así por las grandes rejas marrones metálicas importadas desde Santo Domingo, que causó sensación en la época y la convirtió es una de las principales estructuras de estilo barroco.
La histórica Vela
La Vela de Coro es la capital del municipio Colina en el estado Falcón, donde Unesco reconoció la belleza arquitectónica de las casas del siglo XVII, que evidencia la influencia de las Antillas Holandesas.
Además contiene un invalorable conjunto arquitectónico doméstico hecho en bahareque y adobe, que singulariza y prolonga hacia el mar la ciudad de Coro.
La Vela de Coro fue fundada en 1528 por Juan de Ampies siendo el primer puerto de la ciudad de Coro y de la Provincia de Venezuela. Las continuas arribadas de piratas durante los siglos XVI y XVII dejaron su huella en el nombre porque era el sitio de ‘vigilia» y «puerto de vela» de la ciudad. A finales del siglo XVIII sufrió las embestidas y amenazas constantes de países enemigos de España y compartió con la ciudad toda la suerte de vicisitudes durante los movimientos libertarios y las guerras civiles del siglo XIX.
En La Vela de Coro, el Generalísimo Francisco de Miranda el 3 de agosto de 1806, izó por primera vez en suelo venezolano la bandera tricolor. En La Vela de Coro desembarcó en 1849 José Antonio Páez para hacer su revolución; el General Ezequiel Zamora en 1859 durante la Guerra Federal; León Colina en 1874; y en la Venezuela contemporánea durante el gobierno de Juan Vicente Gómez, en las playas de Muaco en 1929, llegó la invasión desde Curazao de valerosos corianos junto a estudiantes y caudillos que enfrentaban decididamente al dictador.
Según algunas fuentes el nombre de «La Vela de Coro» proviene del miedo que generaba el «Monstruoso Carvajal» (Juan de Carvajal). Sus habitantes pasaban la noche «velando» sobre las armas, temiendo a cada instante que el sanguinario gobernador viniese a degollarlos, -Viajero de Indias, Francisco Herrera Luque.
La vaguada ocurrida en 2010 afectó muchas de las históricas edificaciones de la Vela de Coro , lo que provocó su ingreso a la lista de riesgo de perder la declaración como patrimonio mundial de la humanidad (advertencia de la Unesco). Como medida inmediata para conservar esta condición patrimonial, el mismo gobierno aprobó un punto de cuenta por Bs 80 millones para la restauración de más de 100 casas y ocho monumentos, trabajos que ejecutaron el gobierno regional, a través de la Corporación Falconiana de Turismo (Corfaltur), y el Instituto de Patrimonio del Ministerio de la Cultura.
Según informe aceptado por la UNESCO la zona fue restaurada y saldría de la lista de riesgo en 2016, dependiendo de los resultados de la supervisión realizada por el organismo en septiembre de 2015.