En esta entrega seguiremos hablando de los componentes del propósito de Dios, en la entrega pasada aclaramos que el primer componente que debemos decir que La Pasión es la que te debe mover para realizar la obra maravillosa de Dios. el segundo elemento es la Vocación:
La Vocación: Es la inclinación a emprender una actividad o dedicarse a un determinado trabajo o a una determinada forma de vida.
Si la Pasión es la fuerza del corazón como fuente de energía; el elemento actitudinal necesario para el desarrollo de la misión, la Vocación es la fuerza de la razón como fuente de motivación, representa también la parte aptitudinal para el desarrollo de la misión.
La vocación se alimenta de fuerzas internas y externas; las fuerzas internas se relacionan con las necesidades que hay en el mundo, hacia las cuales la persona tiene un interés especial para marcar una diferencia en la satisfacción de esas necesidades.
Las fuerzas internas se relacionan con los talentos y habilidades naturales con las que se cuentan.
Así a partir de la vocación con la ayuda de la pasión, se podrá definir la misión que dará forma al propósito lo cual se traduce en forma práctica en un rol a desempeñar u ocupación, profesión que ejecutará la vocación.
En Efesios 4:1-2, dice: Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor.
“La felicidad es la vocación del hombre.”