Santo Domingo.-La nefasta mañana del 4 de mayo de 1996 fue dolorosa para la sociedad dominicana.
Y es que justo ese día se descubrió uno de los crímenes más horrendos de la historia reciente del país: un niño de 12 años fue asesinado de 34 puñaladas esparcidas por su pequeño cuerpo de tez blanca.
El homicida: su único primo hermano, y quien era tenido como su hermano.