a) Del libro de Job 7, 1-4.6-7.
Este libro, que es llamado el canto a nuestra miserable existencia, sin lugar a duda, es una hermosa joya literaria, trata de forma amplia y profunda el tema del sufrimiento, que siempre ha sido punto de debate en todas las épocas. Y en esta primera lectura nos encontramos con el drama de Job. Quien declara por propia experiencia que la vida está sometida sobre todo a la ley del dolor. No hay en este mundo felicidad, y, por tanto, es inútil hacerse vanas ilusiones. Su caso no es más que uno de tantos de la miserable vida humana. Las argumentaciones son elocuentes; y llenas de vigor. El pensamiento de Job: parece ser que los días del hombre van más aprisa que la lanzadera, y así, los días no llegan a tiempo para hacer el tejido normal. Su vida, pues, ha quedado tronchada y sin rematar. Si leemos este libro despacio podremos encontrar respuesta a muchas preguntas que nos inquietan, pues solo Dios nos brinda la clave para entender el sufrimiento.
b) De la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 9, 16-19.22-23.
La predicación de San Pablo provocaba celos y polémicas; es un judío converso, caracterizado por su fanatismo, así que muchos nunca entendieron esa transformación y por eso lo adversaban sistemáticamente, pero él se sentía tranquilo, aunque acosado por quienes no querían aceptar su predicación tan viva y convincente.
Manifiesta a los Corintos que: “Anunciar la Buena Noticia no es para mí motivo de orgullo sino una obligación a la que no puedo renunciar. ¡Ay de mí si no anuncio la Buena Noticia!” … “me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho débil con los débiles para ganar a los débiles, me he hecho todo a todos, para ganar sea como sea, a algunos”. ¡Cuánto nos enseña el gran Apóstol con su espectacular conversión!
b) De la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 9, 16-19.22-23.
La predicación de San Pablo provocaba celos y polémicas; es un judío converso, caracterizado por su fanatismo, así que muchos nunca entendieron esa transformación y por eso lo adversaban sistemáticamente, pero él se sentía tranquilo, aunque acosado por quienes no querían aceptar su predicación tan viva y convincente.
Manifiesta a los Corintos que: “Anunciar la Buena Noticia no es para mí motivo de orgullo sino una obligación a la que no puedo renunciar. ¡Ay de mí si no anuncio la Buena Noticia!” … “me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho débil con los débiles para ganar a los débiles, me he hecho todo a todos, para ganar sea como sea, a algunos”. ¡Cuánto nos enseña el gran Apóstol con su espectacular conversión!
Autoria: Cardenal Nicolás De Jesús López Rodríguez