Fue habilitado un pabellón para realizar 500 pruebas de antígenos a atletas
Santo Domingo.- El sonido del bate golpeando la bola vuelve a ser la banda sonora de los estadios de béisbol del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, en Santo Domingo, casi un año después de que la COVID-19 desalojara estas instalaciones, dejando a jugadores y atletas de diversas disciplinas sin lugar de entrenamiento.
Las autoridades dominicanas anunciaron el lunes pasado la reanudación de todas las prácticas deportivas -a un tope del 60%- cumpliendo siempre con los protocolos sanitarios frente a la pandemia, que desde marzo de 2020 mantenía en un lánguido silencio los pabellones de recintos tradicionalmente rebosantes de actividades físicas.
Tras varios titubeos por la pandemia, las autoridades dieron permiso desde julio a los entrenamientos al aire libre de algunos deportes no tan populares en el país como vela, natación, golf, tiro, ciclismo o tenis.
A finales del año pasado se celebraron por fin los primeros partidos de las ligas profesionales de fútbol y de béisbol, este último deporte rey en República Dominicana, pero los jugadores aficionados no pudieron acercarse hasta ahora a un bate y una pelota.